Comprar libros online se ha convertido en mucho más que una alternativa a la adquisición tradicional, en tienda. Cada vez más, los amantes de la lectura se sumergen en el ciberespacio en busca de novedades, superventas y otras lecturas de su preferencia seleccionando esta manera de adquirir cultura merced a su comodidad el ahorro de tiempo que implica.
Todo este avance informático del e commerce nos parece fenomenal; no hay nada como ir a favor de los tiempos, pero tiene también sus inconvenientes. Para empezar, muchos de los libros que se distribuyen a través de portales especializados son impresos por el mismo distribuidor, lo que va en detrimento de la calidad de edición de la obra, cosa que no suele sucede cuando el impresor lo hace a instancias de la propia editorial y el formato de la obra respeta el estilo del editor. También, es cierto, se pueden adquirir los libros impresos en el propio formato editorial de origen, para lo que el distribuidor va a enviar el mismo libro que el aventurado lector hubiera podido adquirir en una librería convencional.
Todavía peor resulta la posibilidad de adquirir obras de autores desconocidos que algunos portales muy conocidos de venta de libros, consienten publicar sin corregir ni apenas maquetar. El resultado se lo pueden imaginar: tipografía inadecuada, faltas de ortografía tremebundas, párrafos descolgados, líneas huérfanas o viudas y un sinfín de despropósitos que solo conseguirán defraudar a cualquier lector, por poco exigente que sea.
El verdadero avance de estos sistemas consiste en permitir la adquisición de obras en formato digital. Esto es: e-book y Kindle, que casi todas las plataformas disponen al alcance de tabletas y otros dispositivos ad hoc. Aunque pudiera parecer un medio fenomenal de transmitir cultura por poco dinero, también tiene sus inconvenientes; precisamente es, lo barato de su comercialización. Cierto es que representa un ahorro de papel y con ello resulta ecológico, sin embargo la práctica totalidad de las editoriales desaparecería si su facturación de pendiera solo de las ventas de libros en formato digital.
Comprar libros online se ha convertido, pues, en una espada de Damocles que puede dar al traste con proyectos editoriales imponentes, al albur de unos precios unitarios a la baja que no permitirían la supervivencia de una editorial mediana. No olvidemos la importancia de las editoriales a la hora de descubrir talento y disponerlo para que los lectores puedan disfrutar del placer de una lectura en un libro perfectamente maquetado, bien corregido y con unas cubiertas a la altura.
Por fortuna, las ventas en formato digital se han ponderado y las librerías siguen contando con adeptos bastantes como para ir tirando por ahora. Son muchos quienes siguen pensando que buscar libros en una librería repleta de obras de todos los géneros resulta un placer infinito, sobre todo si lo comparamos con el hecho directo d adquirir un libro a través de internet.
Cada cosa debemos reconocer que tiene sus ventajas y que un amante de la lectura puede pasar una tarde deliciosa palpando las cubiertas de los libros de una librería tradicional, como también puede adquirir lo último de su autor favorito en las tiendas online en tan solo un par de minutos. Todo tiene su aquel, su fundamento y su utilidad.
Lo fundamental, entendemos, es seguir apoyando a las librerías tradicionales pero no como si fueran especies en extinción, moribundas a manos de los portales de internet, sino con el pleno convencimiento de que son los verdaderos templos de la cultura.