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Estructura de una novela

LA ESTRUCTURA DE UNA NOVELA

En este, como en otros muchos aspectos relacionados con la literatura, no hay ninguna regla establecida. Es más, en ocasiones han sido conocidos y reconocidos los autores que han sido capaces de saltárselos cánones vigentes. Es el caso del ínclito James Joyce, quien en su obra El Ulisses, rompe el concepto de estructura temporal vigente hasta ese mismo momento y que contaba con muy pocas excepciones, todas ellas menores.

El concepto clásico de planteamiento, nudo y desenlace sigue muy vigente en la actualidad y sigue respondiendo a una necesidad armónica de los textos escritos que, de otro modo, quedarían a merced de posibles excentricidades, de ahí que la mayoría de los escritores reconocidos sigan apostando por este tipo de estructura más o menos conservadora.

Tipos de estructura de una novela.

Sin embargo, existen más posibilidades dentro de una estructura que van más allá de la pura linealidad. Las vemos:

  • Estructura en círculo: De modo que la novela comienza de la misma manera que concluye. No se trata de una estructura muy frecuente, aunque tiene a muchas grandes figuras literarias entre sus adeptos y también un público amante de las sutilezas literarias.
  • Estructura in media res: Mucho menos usada que la anterior, la obra comienza en medio de la acción, que vuelve a encontrarse con el comienzo a mediados del libro. Muy empleada en novela de corte histórico, requiere una gran pericia por parte del autor para no poner en riesgo el normal seguimiento de la obra por parte del lector.
  • Estructura invertida: Donde los acontecimientos se suceden a la inversa, es decir, comenzando por el final y llegando al término en el mismo comienzo. Se trata de una estructura muy cinematográfica y han sido muchas las novelas con esta estructura que han sido, posteriormente, llevadas a la gran pantalla en busca de un público menos lector.
  • Estructura convergente: Dos historias diferentes discurren paralelamente hasta converger al final de la obra e incluso a mediados. El autor suele emplear esta estructura para diferenciar los modos de vida, de proceder o de pensamiento de distintos personajes en contextos similares o distintos, en tiempos diferenciados o siendo ambas acciones contemporáneas.
  • Estructura bifocal: Dos acontecimientos diferentes son narrados en primera persona por dos personajes distintos.
  • Estructura lineal: Aquella que sigue fielmente la estructura temporal de planteamiento, nudom y desenlace, sin recurrir a otras estructuras que alteren los tiempos novelados.
  • Estructura atemporal: Cuando el autor rompe manifiestamente la relación espacio-temporal de la obra, sin que se correspondan las longitudes de los hechos con su correlato temporal.
  • Obra inestructurada: Es aquella que discurre anárquicamente sin que el autor se preocupe de relacionar los tiempos y los hechos. De este modo se alternan sucesos sin que la linealidad los lleve a confluencia alguna. Se trata de obras muy de vanguardia cuyos lectores asumen la falta de estructura convencional. Muy distinta es la inestructuración de la desestructuración de la misma. En este último caso estaremos ante una obra con una estructura fallida.

Aunque usted tiene que escribir como le plazca, siguiendo el principio de libertad literaria que debe sostenerse en todo momento y alejándose al máximo de las consignas de algunas escuelas de escritores, que dejan a autores brillantes al cabo de la mediocridad, no debe dejar de tener presentes las posibilidades que le ofrecen las diferentes estructuras. Todo ello deberá determinarse al comienzo de la obra, naturalmente, de lo contrario no tendrá remedio.