Biografía
Nace en Buenos Aires el 24 de agosto de 1974. Luego de regresar del secundario trabajó durante tres años en el Banco Crédito Argentino, mientras estudiaba publicidad en la Escuela Superior de Creativos Publicitarios. Allí me recibí de Redactor Creativo en el año 1994.
En 1995 ingresa como redactor junior a la agencia VegaOlmosPonce. Luego de pasar por otras agencias y ya como Director Creativo, trabaja en la agencia BBDO Argentina hasta el día de la fecha.
Bellelli publica su primera novela, Almas Miopes (Norma) en 2006 y también tres cuentos: 114, en Antología de Cuentos de Pasión de Escritores, El bebé de Rosa y Mario en el libro Historias que no venden nada y ¿Que de dónde la conozco? en Germen, Autores germinan autores (Alto Pogo). También he ganado el Concurso de Cortos La Doble A, como co-guionista del cortometraje 24×5. Con Editorial Adarve publica Virgen en 2017 y con Ediciones Caudal Conejo hervido en 2018.
Sinopsis Conejo hervido
Bunny Boiler (hervidor/a de conejo): Persona considerada emocionalmente inestable, despechada y peligrosamente vengativa, quien luego de una separación busca algún tipo de revancha, acosando y hostigando a su expareja. Expresión tomada del personaje de Glenn Close en la película Atracción fatal, donde asesina hirviendo a fuego lento al conejo que su ex tiene como mascota.
Waldo pensaba que todas las relaciones sexuales tenían el mismo gusto, todas las erecciones era iguales, todos los orgasmos similares: el placer era uno solo. Pero con Vilma aprendió que estaba equivocado. Ella le provocaba en el cerebro algo especial. Waldo sentía un cosquilleo excitante que lo elevaba por sobre los límites. Jugar al sexo violento estaba mal. Vejarla era algo castigado por la justicia. Habían acordado todo lo que le podía hacer, así que cuando la cogía le tiraba del pelo, le daba cachetazos, la agarraba fuerte, la escupía, la quemaba con velas. Él gruñía como un perro. Vilma le dijo que la excitaba la forma en que la miraba: le encantaba ver que apretara lo dientes y que se le marcaran las venas de la frente. Ella también le pegaba, pidiéndole que la soltara, que no le hiciera daño. Lo mordía, a veces no registrando que lo lastimaba de verdad. Waldo terminaba con marcas en la piel. Un día Vilma le lamió hasta la sangre de las heridas.
Una novela que te atrapa y no la podés soltar. Un crudo indentikit de las relaciones tóxicas, con violentísimas escenas de sexo y personajes que se dejan manejar por sus deseos perversos / Daniel Guebel.