Todos los autores sueñan con ver sus libros publicados: la culminación de un trabajo que ha costado miles de horas, seguramente, y que ha limitado el sueño del osado escribano al mínimo imprescindible y su recreo a la nada más absoluta. Tras culminar el manuscrito y decidir que ya no se corrige ni una línea más —llega un momento en que el texto «no sabe a nada» tras su lectura, debido a las infinitas veces que se ha releído—, lo siguiente es buscar un editor atrevido capaz de valorar la obra recién terminada en su justa medida y apostar unos buenos euros por un autor hasta ahora solo valorado por familiares y amigos probablemente.
La mayoría de las editoriales, para mal de los nuevos escritores, no apuestan por autores noveles. Lo podemos entender: apostar por un autor novel resulta una empresa muy arriesgada y a ningún empresario —tampoco a los editores— les gusta perder un montón de euros por muy bueno que sea el producto (en este caso obras literarias) que ofrecen a sus clientes (en este caso lectores). Entre las editoriales que publican escritores noveles debes elegir muy bien y asegurarte de que corrigen, maquetan, diseñan las cubiertas, distribuyen y promocionan tu obra; será la mejor manera de asegurarte de que estás ante una editorial seria, de las de toda la vida.
Por otro lado, son muchos los autores que se quejan en las redes sociales de esta «injusticia», la de no apostar por sus obras que serán, seguramente, fenomenales. A ellos también los podemos entender y también comprender que opten por la fórmula, cada vez más extendida, de la autoedición: todo antes que ver todo ese trabajo encuadernado en canutillo y acumulando polvo en una estantería.
Por fortuna, en todo este mare magnum de diferencia de criterios entre los que ponen el trabajo y aquellos que se niegan a arriesgar su dinero alegremente, apostando por autores que auguran escasos beneficios cuando no pérdidas, quedan aún editoriales audaces que apuestan con fuerza por autores noveles. Eso sí, aquellos que les entregan obras con posibilidades reales de mercado que ni son todos ni son muchos.
Lo primero que recomendamos al autor que trata de ver su obra publicada es tener una visión objetiva de su obra y no tan solo la perspectiva que le han ofrecido personas cercanas. Para ello puede encargar una valoración literaria profesional que le será de mucha utilidad antes de enviar su obra a ninguna parte porque le va a permitir mejorar su obra modificando algunas partes o aspectos o bien confirmar sus suposiciones acerca de la grandeza del escrito y, ahora sí, enviarla a editoriales y agentes literarios en busca de fortuna.
Lo segundo es no perder la esperanza y seguir insistiendo, por más rechazos que acumule la obra, y abrirse a otras modalidades de publicación como pueden ser la coedición o la autopublicación. Mediante el procedimiento de coedición, el editor comparte los riesgos y la inversión con el autor, resultando, por tanto, una buena opción, justa y bien orientada, siempre que se trate de una editorial seria.
Entre las editoriales serias, orientadas a la edición tradicional, que apuestan por autores noveles con absoluta seriedad se encuentran Eneida, Editorial Adarve o Algaida Ediciones.