AUTOR: | Héctor Roa Longa – |
NACIONALIDAD: | Española – |
PROFESIÓN: | Detective privado – |
GÉNERO LITERARIO: | Novela de ficción – |
OBRAS PUBLICADAS: | Hoy hace un buen día para destetar hijos de puta (Ed. Adarve, 2019), Porque Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos (Ed. Adarve, 2020) – |
Biografía:
Héctor Roa Longa no es nadie y somos todos alguna vez. Es la circunstancia de la que hablaba Ortega, por la que nos convertimos en algo tan distinto de nosotros que quizá seamos precisamente eso: nosotros mismos. El personaje de esta obra lo define como su propio alter ego singular; una figura a la que el viejo Bukowski nos tenía muy mal acostumbrados. Pero no se preocupe por el autor porque casi seguro que él no va a hacer lo mismo por usted (ya lo irá conociendo). Tras Hoy hace un buen día para destetar hijos de puta (Ed. Adarve, 2019), nos llega esta su segunda crónica.
Sinopsis de Porque Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos:
¿Hasta cuantos golpes de la vida puedes soportar? ¿Dónde está el cielo de los idiotas? ¿Y el infierno? Héctor se enfrenta constantemente a su peor enemigo: él mismo… y pierde. El tablero de juego es la vida, entre sus piezas solo hay peones, nada de torres, alfiles o reinas. Y lo peor de todo es que cree que, a pesar de todo, puede ganar, lo que hace que cada derrota solo sirva para conducirlo a la siguiente. No aprende. ¿El secreto? Ser irreductible, esquivar los golpes cuando sea posible y soportarlos cuando no lo es. ¿El resultado? Desastre tras desastre. ¿Qué sentido tiene? Para él carece de importancia que las cosas tengan sentido o no. Esa no es la cuestión. Se trata de supervivencia. A costa de lo que sea. Y cuando se trata de sobrevivir, detalles como la moral, el prestigio o la imagen solo son inconvenientes que hay que sortear. A los perdedores únicamente les resta una cosa: vivir, vivir día a día, con lo puesto, a lo que vaya saliendo, sin hacer planes, sin futuro, tratando de olvidar el pasado y aceptando el presente.
Cita de la obra:
«Me había enamorado, no sé cómo ni por qué, pero allí estaba, ahora me tocaría entrarle con mi mejor yo. Sabía que andaba algo borracho y no tenía tiempo para dejar que el cebollón se me pasara. Me incorporé como un autómata y aguardé a la orilla de la pista a que desembarcara. Mis numerosas y variadas artes no incluyen el baile, así que pensé que mejor estarse quietecito y esperar pacientemente a que se cansara del bailoteo». Porque Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos, Editorial Adarve, 2020.
Otras obras: